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Madre Bruja Padre Ogro (página 2)



Partes: 1, 2, 3

Rocío dejó caer sus pestañas en
señal inequívoca de la turbación que le
había provocado el Gigante. Sus mejillas se tornaron rojas
como manzanas, sus ojos brillantes, el respirar entrecortado, le
volvió a balbucear "Yo Soy Rocío…
¿deseas comer algo? Tengo la impresión que hace
días que no pruebas bocado".

-Efectivamente, mi morral quedó vació hace
días, pero no encontré caza alguna, y no es
época para árboles frutales, por
ello…

(La voz: "Claro, el inútil no pudo resolver solo
tal situación, como yo no estaba, te morías de
hambre, Je, je, je")

Realmente tengo un poco de apetito, respondió
Gigante.

-Ven- dijo Rocío- con su mejor sonrisa –que
iluminaba el alma del Gigante- (audazmente le tomó de la
mano y lo condujo a través de la cocina a la sala de
baño privado) le pasó una toalla fragante. Usa el
baño, y luego vienes a desayunar conmigo, te
espero.

El Gigante casi se desmaya de la emoción al tocar
su mano, suave, delicada, pero extrañamente fuerte. Casi
no condecía con el resto de su físico: su hermoso
rostro, de delicadas líneas, su bella cabellera, sus ojos
color miel, hacían juego con su pelo y su piel; bajo su
delantal se apreciaban dos pechos firmes y una cintura fina. Sus
manos eran delicadas, pero extrañamente
fuertes.

(La voz: "Cuidado con esa, es una zorra, Je, Je, Je.
Piensa en lo que tú tienes y por eso te tirará el
lazo y no estoy para defenderte. Je, je, je")

El agua caliente le hizo reaccionar. Se sintió
fuerte una vez más. Sacó sus ropas frescas del
morral y se cambió. Recién bañado, peinado,
con ropas limpias, su aspecto había cambiado.

(La voz: Así estás presentable, y esa
doña verá quien es mi hijo. Je, je, je,)

Rocío casi no le reconoció cuando hizo su
entrada en el salón. Tenía el aspecto de un Gigante
Tímido, pero no dejaba de tener un aire varonil, aunque
juvenil, casi infantil, lo que lo hacía más
encantador; a su madre realmente le agradaría.

Durante el desayuno, él se mostró locuaz,
describió su castillo, sus parques y como él lo
arreglaba a pesar de la opinión desfavorable de su madre.
De su padre le contó que era el Brazo Ejecutor de su
Madre. Era el verdugo que cumplía las órdenes al
pie de la letra. Por estas razones, estaban distanciados y
él tuvo que salir a recorrer el mundo cuando estuvo solo.
Su padre siempre quiso imponerse a gritos, pero su madre
sabía como manejarlo.

(La voz: Puedes hablarle a esa zorra tantas mentiras,
será para que te deje por ser un débil,
¿crees que se fijará en ti? Je, je, je)

Casi no escuchó la voz de Rocío cuando le
preguntó ¿Cuánto tiempo estarás por
aquí?

-No tengo prisa, y si encuentro algún trabajo me
quedo- Trató de hablar con la mayor indiferencia posible.
No quería que ella se diera cuenta de lo impresionado que
estaba.

Rocío por su parte sentía que manejaba la
situación. Hablando muy despacio hizo que el Gigante se
acercara más a ella, para escucharla decir "Debo hablar
con mis padres, para ver la posibilidad que te quedes en
Primavera. Yo necesito ayuda… y creo que tú
podrías…" Pero el Gigante estaba sumido en la
fragancia que emanaba del cuerpo de tan bella joven y sin saber
lo que decía, asentía sí, sí,
sí. Ella sonrió para sus adentros y hablando fuerte
le dijo.-Espera, voy por mis padres- Y salió por la puerta
principal. Para el Gigante la imagen fue fugaz, pero quedó
grabada en su retina: la silueta de ella recortada por la luz del
exterior, sus vestidos flotando, enmarcaban un cuerpo perfecto,
de líneas armoniosas y estilizadas. El Gigante
sintió un temblor extraño, desconocido y… (La
voz: "Cuidadito con entusiasmarte con esa golfa, ¡mira que
lucir su cuerpo para ti!, cuidadito. Je, je, je,) Cualquier otra
emoción estaba bloqueada para el Gigante.

El Gigante recorrió la estancia, era grande y
bella. Mirando al lago había un área en la que se
reunían mesas y sillas, seguramente eran usadas por los
labradores que venían a merendar a Primavera. El lugar le
parecía extrañamente familiar, casi podía
adivinar lo que había en toda la casa. Una
sensación extraña le recorría el cuerpo.
Decidió no inquietarse más y esperar la llegada de
Rocío con sus padres. Tomó asiento frente a una
bella vista del lago y sin darse cuenta se sumió en un
profundo sueño.

La abuela levantó la vista y se dio cuenta que su
auditorio estaba dormido. Los más pequeños sobre
los más grandes. Sin hacer ruido fue llamando uno a uno a
los mayores. Así en poco tiempo todos viajaban a sus
camas. Sobre la pared se recortaba la sombra de la abuela y ella
se daba cuenta que cada día su espalda estaba mas curvada.
Pensó que era la luz de la lámpara.

Los nietos querían esta noche más cuento,
se acordaban que el Gigante se había quedado dormido, que
le había parecido conocida la casa y que Rocío fue
en busca de sus padres. Los muchachos hicieron ver a la abuela
que ésta era una noche serena.

La abuela arregló su chal, tomó su mate y
se dispuso a relatar lo que había sucedido, cuando el
Gigante despertó.

Rocío regresó con su madre y su padre y
encontraron al Gigante profundamente dormido. Aprovechó la
oportunidad para observarlo detenidamente. Realmente
parecía un buen muchacho y su dormir era tranquilo y sin
sobresaltos. Rocío dedujo que no tendría problemas
de consciencia ya que dormía como en su cama. Luna le hizo
ver "Quizá haya estado varias noches sin dormir y otros
tantos días sin comer y como tú le bañaste,
le diste merienda, él sólo podía dormir
profundamente". Amanecer observó, que el joven
vestía buenas ropas y que era fuerte. Su aspecto y su
semblante le eran agradables. -Ya tu madre decidirá que
hacer con él- dijo dirigiéndose a su
hija.

Cuando abrió los ojos ya era medio día y
el salón empezaba a llenarse de comensales. Los
trabajadores venían por una merienda rápida,
descansar un par de minutos y luego seguir en su faena. Se
veían buena gente, algo mayores y solo varones. El Gigante
dedujo que tendrían alguna labor fuerte. Uno de ellos le
llamó la atención, porque no despegaba la vista de
Rocío. Aparentemente Rocío sí lo
sabía, pero se hacía la distraída mientras
correteaba entre las mesas, sonriendo a todo el mundo. El Gigante
observaba desde un rincón. Los saludos formales con la
familia se harían una vez que pasara el torbellino del
medio día. De pronto la algarabía se fue como
había llegado, repentinamente.

(La voz: "Bien muchacho, ha llegado la hora de la
verdad, vamos a conocer a esta gente Je, je, je")

El Gigante se dio cuenta que podría empezar a
ayudar antes que nada, así que se arremangó las
mangas de la camisa y se puso a recoger platos. Demostró
que tenía experiencia en estas labores.

(La voz, ¿Qué van pensar de ti, que eres
mujercita? ¿Qué sabes de todo esto?…Je, je,
je,)

Rocío le rogó que no siguiera, que por
hoy, estaba bien. -Ven, le dijo, te presento a mis padres- Al
estrechar la mano de Amanecer le pareció tremendamente
suave y firme, en cambio Luna que se veía frágil,
tenía unas manos frías, fuertes y duras.

Luna sin perder tiempo en mayores consideraciones
inició el interrogatorio. El Gigante no sabía si
tanta pregunta era por el trabajo o por otra razón
desconocida por él. Sin embargo, se prestó al
cuestionario de buen grado. Supo que había terminado
cuando Luna se volvió hacia Amanecer y le dijo: ¿Y
tú no preguntas nada? El Gigante sintió un
frío por la espalda. Esto lo había vivido muchas
veces. Su madre decidiendo y su padre asintiendo. Ella con voz de
mando y el afable.

(La voz: "Ves que siempre es igual, ustedes los hombres
son cortados con la misma tijera, Je, je, je,)

Amanecer, mirando a los ojos al Gigante le dijo,
nosotros seremos buenos amigos. Yo en mis viajes pasé por
el castillo de tus padres, pero no había tenido noticias
de ellos nuevamente. Me alegra verte. Eras un niño cuando
te conocí. Veo que estas hecho todo un hombre.

Rocío observaba con la máxima
atención, ese Gigante le gustaba cada vez más y
después de verlo moverse por la casa con toda agilidad y
prestancia, le parecía más atrayente aún.
Sus amigas estarán muy envidiosas cuando lo
conozcan.

(La voz: "Ves hijo nada hay oculto bajo el sol Je, je,
je")

Así pasaron el resto del verano. El Gigante y
Rocío cada vez más compenetrados y amigables. Cada
atardecer el Gigante volvía a preguntarse por qué
esa casa le era tan familiar.

La boda fue sencilla, sin grandes boatos: la familia de
ella, el Oficial Civil que los casó, y el Gigante, que no
tenía parientes. Estaba solo, pero muy feliz; se
había enamorado de Rocío como un niño y ya
nada lo separaría de ella

(La voz: "Ah! Hijo crees que todo ha terminado, esto
recién empieza para ti, Je, je, je")

Con el pasar de los meses, Rocío advirtió
que el Gigante estaba cada vez más silencioso,
retraído, y ya casi no conversaba. Un atardecer
decidió tomar la iniciativa y se enfrentó al
Gigante.

-Gigante, qué te ocurre, dímelo a
mí que soy tu esposa y te puedo ayudar-

El Gigante la miró a los ojos y se
disponía a hablar.

(La voz: "Cuidado con hablar de nosotros, tú y yo
somos uno y no dejaré que nadie intervenga entre nosotros
Je, je, je") Guardó silencio y sintió que el mundo
se le desplomaba.

Rocío probó todas las artes femeninas,
pero nada sacaba al Gigante de su mutismo. Pasó ella por
todos los estados de ánimo desde la escena de celos a
ofrecer suicidarse. Nada alteró la situación.
Conversando con su madre, ella le planteó que
quizás teniendo un hijo, las cosas cambiarían.
Rocío, efectivamente, se había cuidado de no quedar
embarazada. Optó por la maternidad. Cuando le dio la
noticia a Gigante, éste se alegró mucho, la
tomó en sus brazos, dando vueltas por toda la casa.
Gigante había renacido.

La espera del bebé fue plácida, pero
Gigante volvió al mutismo.

Una tarde de otoño Rocío habló
serenamente con Gigante. Pronto llegaría el hijo tan
esperado y no era bueno que él insistiera en su mutismo;
pronto, todos se verían perjudicados. Era mejor hablar
ahora. Gigante pasó la mano por el vientre de Rocío
y con toda ternura le dijo. Pienso que nuestro hijo se merece una
vida distinta a la mía, por ello te contaré, pero
tengo mucho miedo.

Rocío vio como Gigante tomaba un aspecto como de
niño y con voz débil dijo: -Es mi madre, la voz,
que me persigue a cada instante, me regaña, me dice todo
lo que tengo que hacer, me tiene embrujado. Rocío, tengo
miedo, ayúdame- y unas gruesas lágrimas corrieron
por sus mejillas

(La voz: "Ah! Con que pidiendo ayuda y llorando, el
mujercita, crees que te librarás… Je, je, je. No
fuiste al bosque a buscarme y dejaste que nos
congeláramos… Je, je, je Yo no te soltaré
Je, je, je")

Rocío comprendió. Le dijo, háblame
cuando ella te hable y dime todo lo que te dice. Rocío
intuía que ese era el camino para ayudar a Gigante a
liberarse del embrujo de su madre. Su cariño por Gigante y
los sentimientos profundos y misteriosos que le despertaba el
hijo que traería a la vida, le decían que se
podía realizar semejante tarea.

Con la llegada del primer niño, la bruja se
retiró bastante; con la llegada de los próximos
niños se perdió en la noche siniestra.
Concluyó así la abuela.

Ya había terminado el mate cuando su nieto, el
más bribón le preguntó: ¿abuela desde
cuando vives en el Castillo?

CONVERTIRSE EN HADA MADRINA

El Darse Cuenta

Si nos damos cuenta que nuestro hijo sufrirá,
seremos capaces de ir a buscar al árbol de las
generaciones para cambiar lo necesario. Mover cielo y tierra por
la felicidad de ese ser que tanto nos compromete.

Dejar la Bruja, significa nacer de nuevo a una
existencia libre de temor y angustia. No importa el lugar, el
momento o la circunstancia. Abandonar el embrujo y ser libre, no
despertarse ni una mañana más con la misión
de ser BRUJA, darse cuenta que el universo posee una gama inmensa
de colores. Dejar de hacer sufrir y de coartar la libertad de los
otros. Amanecer con una imagen nueva de la vida, tener deseos de
aprender algo nuevo, sentirse otra vez niño ingenuo, en
lugar de adulto quejumbroso. Dejar que los sueños de cada
noche, hagan el portento de completar la comprensión de lo
eterno, de lo infinito.

DEJAR DE SER BRUJA IMPLICA ABANDONAR UNA RUTA PARA
TOMAR OTRA

Se realizará la tarea fundamental: La
Reconciliación con la propia Madre. Y la tarea
complementaria de ésta: La Reconciliación con el
Padre. Este nuevo equilibrio, permite un gran conocimiento de si
misma, en cada mujer que lo alcanza.

Transitar por la vida con la posibilidad de actuar y
comprender en cuatro dimensiones afectivas, permite dar a cada
tipo de relación la exacta importancia que posee para
quien recibe el impacto de la experiencia. Por ejemplo, la
relación padre-hijo tiene límites y territorios
claramente definidos. Si bien con los hijos se desarrollan
aspectos de los afectos Agape, Eros y Philia, el afecto Storge es
el que lo define en su esencia y permite comprender lo exclusivo
de esta relación. La madre cuando está actuando en
la posición de Hada Madrina, sabe que debe dejar partir a
su hijo, aunque sienta esa acción y actitud como algo que
le produce contrariedad.

Es muy necesario que toda mujer se prepare para
enriquecerse como persona, en cada etapa de la vida de sus hijos.
Los requerimientos, las dificultades y realizaciones de cada
etapa del desarrollo del hijo, debe tener como contrapartida un
crecimiento íntimo de la mujer. Debe reconocerse a si
misma como una individualidad cambiante; cada día el hijo
requiere una madre distinta, la de ayer, ya no es adecuada al
desarrollo de un hijo cada vez más capacitado, para
valerse por si mismo y actuar en la sociedad. Cuando una mujer
mira a su hijo en el día de hoy debe decir para sí
misma ¡Hoy soy más capaz que ayer! Si ese proceso se
mantiene conscientemente a lo largo del tiempo, al alcanzar el
hijo cierta edad, ambos estarán preparados para el
alejamiento necesario.

La perspectiva que tiene una persona para actuar,
siempre es subjetiva, el acervo de sentimientos constituye la
información que nutre al sistema afectivo. Los
sentimientos hacia nuestros hijos son construcciones a las que
debemos dar mucha importancia, por los efectos que causan
nuestras acciones en ellos. Un sentimiento de indiferencia o de
rechazo puede ser nefasto a cualquier edad de la persona, dado el
tipo de vínculo que está involucrado. Si se sabe
que se está molesto con la actitud o comportamiento de un
hijo, se debe procesar ese sentimiento, logrando que el proceso
Percepción Sensorial- Emociones– Sentimientos, trabaje a
favor de la mejor alternativa para la vida afectiva de cada
cual.

El tomar un elemento de estímulo para los
sentidos, como un olor particular, una pieza musical, tomar el
aire acompasadamente, permite entrar con facilidad en un estado
de meditación. Esa experiencia, facilita el reducir los
niveles de estrés y evitar la carga de prejuicios, a que
estamos sometidos en la vigilia; en este estado, la
comprensión de las situaciones de conflicto, nos llevan a
tener mayor consideración con las propias necesidades de
paz y armonía.

La forma de enfrentar los conflictos, fueron adquiridas
de los padres; las formas de cuidar o descuidar la propia
persona, la forma de castigar el cuerpo con el impacto de las
emociones, la expresión del rostro y las inflexiones de la
voz, se cuentan también entre las lecciones que nos dieron
nuestros padres.

EL PROCESO DE RECONCILIACION CON LA
MADRE

Ha llegado el momento de hacernos la siguiente pregunta
¿Cómo eran los afectos de mamá?

La respuesta nos llevará por el relato de la vida
de una persona que nos parecerá diferente de aquella a
quién llamamos mamá. Alguien, a quien nos cuesta
tanto ver con cierta objetividad; a veces es la protagonista del
drama de nuestra vida de jóvenes, otras veces es la
heroína nunca bien ponderada por quienes la rodeaban y
también suele ser la santa inalcanzable y nunca humana. A
veces los defectos de mamá son insoportables e
insufribles, pero otras veces los defectos de mamá son el
camino del martirio para ganar el cielo. Entre estos casos
extremos nos encontramos, deseando que el tema de los defectos de
nuestra madre, fuera un tema en el que no nos involucraran
jamás. Entonces ¿cual es el beneficio de hacerlo?
La comprensión de la herencia paterna nos otorga la
posibilidad de tener nuevos puntos de vista para enfrentar
nuestras propias dificultades. Asimismo nos podemos dar a la
tarea de reconocer las virtudes de nuestra madre, lo que nos
hablará también de las fortalezas con que
enfrentamos el diario vivir.

Una tarea fundamental es la de reconciliarnos con
nuestra madre, quienquiera que sea o haya sido. Contar su
historia desde el romance de sus padres, recorrer su
niñez, su entorno familiar, los lugares testigos de sus
juegos; los años de juventud y sus primeros pasos como
adulto mayor. Es una historia llena de detalles y ella estuvo
ahí. Si hay pasajes de su historia que jamás nos
serán revelados, debemos completarlos recurriendo a
nuestra imaginación e intuición. Es necesario tener
una historia completa y realizar en nuestra alma la
matemática del afecto que siempre obedece a sus
principios. El relato nos dirá cómo, en la
formación que recibió, surgieron los miedos, las
negaciones que más tarde se convertirían en rasgos
firmemente implantados en su fluir personal.

Si mamá buscó respuestas y no las
encontró, será una neurótica; si tuvo
soledad y se sintió abandonada, será insegura y con
tendencia a ser dominante y posesiva; si mamá no fue
acariciada, no sabrá acariciar; si sus padres no se
pusieron de acuerdo en lo que pensaban, lo que decían y lo
que hacían, mamá será un adulto
autodestructivo.

Reconciliarse con la madre consiste en aceptar en forma
objetiva la misión que la vida nos ha encomendado, una vez
como hijo y otra vez como padre. Asumir las virtudes y defectos
de la madre permite a la persona que lo realiza, ponderar en
justa medida sus propios aciertos y errores.

La madre es una persona finita, lo materno es infinito.
La madre, a través de las caricias al infante hace posible
la experiencia del sentimiento. Es necesario revivir una y otra
vez esas caricias recibidas, aun cuando hayan sido muy exiguas,
incluso debemos inventar las caricias maternas si ellas no
aparecen en absoluto en la memoria. Desdeñando el rencor,
transitar por el pasado como Mago poderoso, modificando la
historia, acunando y dando protección al niño que
somos, el que crecerá salvando carencias, superando mitos.
Ese paso fundamental en el proceso de reconciliación es
necesario para remontar cada vez, mayores niveles de la capacidad
de dar y recibir afecto.

Todo el proceso de la reconciliación nos lleva a
aceptar y comprender cómo nuestra madre daba y
recibía las caricias. En el caso de que la madre hubiera
sido poco afectuosa y no dio caricias, debemos entender que ella
aprendió ese patrón de conducta.

Si nuestra madre vive, debemos trasladarnos hasta donde
se encuentra y acercarnos a ella, estrechar todo lo posible el
espacio que nos separa y vivir la experiencia de esa
aproximación. Si mamá permanece lejana y ajena, es
posible que necesitemos revertir los roles y tratarla como a una
niña pequeña, comprender sus berrinches y
frustraciones, sus negaciones y su negatividad.

En el caso más extremo, para cambiar el esquema
afectivo en que hemos vivido, se hace necesario que en forma
conciente y responsable nos convirtamos en la mamá de
mamá, darle las caricias y aceptación necesaria
para permitirle que dé un paso hacia incorporar la virtud
de la fe. Fe en ella misma, fe en la humanidad, fe en la vida y
su equilibrio.

VIRTUDES MATERNAS

La madre es la persona más importante en la vida
de un niño. La imagen materna lo llena todo, desde lo
más elemental al símbolo más elaborado. La
madre despierta el sentimiento en el infante a través de
sus caricias y cuidados. Entrega una estructura de virtudes que
darán al hijo los límites pasivos en su actuar como
persona, estos son:

FE TOLERANCIA

ESPERANZA PACIENCIA

CARIDAD CONTINENCIA

SERENIDAD MAGNANIMIDAD

Estos mensajes que llamamos virtudes, son una corriente
que va de madre a hijo, a lo largo de la vida. Si debido a nuevas
experiencias se incrementa la Tolerancia en la madre, el hijo
recibirá el beneficio.

Si la madre falta, está ausente mucho tiempo o
rechaza al hijo, la entrega de la estructura de virtudes
será pobre o casi nula. El hijo presentará
desequilibrio respecto a su propio sentir y problemas en sus
relaciones interpersonales. Necesitará constante refuerzo,
será dependiente de la imagen materna, requerirá
una esposa que reemplace a la madre. Si es mujer, no
desarrollará la capacidad maternal necesaria para el
bienestar del hijo.

Capitulo 3 Ogros
y gigantes

Papá el Gigante

A diferencia del concepto de lo maternal, que es en
esencia incuestionable, el concepto de función paterna,
está de acuerdo a la forma cultural involucrada con cada
grupo humano. La característica más destacada, es
que posibilita una vida segura para madre e hijo. El significado
de esa seguridad que provee el padre, también está
sujeto a diferencias culturales. Pero es el infante y sus
necesidades quien muestra claramente la tarea del padre. Desde
que nace el niño busca en la figura paterna un contraste
con lo materno. Parte de la idea, de que "Papá no es
Mamá" Esta sutileza posibilita un magnífico
desarrollo de lo afectivo. Las reglas del juego de la sociedad en
donde deberá desempeñarse en el futuro han sido
así establecidas.

Cerca de los siete años y aun antes, el
niño realiza un alejamiento de la madre y comienza una
fuerte identificación con el padre. Es cuando lo social
adquiere relieve en las prioridades del niño. La madre
desarrolló en el niño el universo de lo
íntimo, la gama de sentimientos que guarda en su ser. El
padre desarrolla en el niño la expresión de tales
sentimientos a través de los afectos.

En el afecto Storge, enseña la función
paterna e inicia al hijo en el trabajo. En el afecto Agape, el
padre muestra la relación con la sociedad, el trato que se
le da al desconocido; le forma en las relaciones de amistad. En
el afecto Eros, enseña al hijo la calidad de
expresión de las pasiones. El padre le da la medida del
tesón, para realizar los propósitos. En el afecto
Philia, enseña al hijo a dejar la huella cultural de su
estirpe. Traspasa al hijo su concepción filosófica,
su expresión del arte y su estilo de
religiosidad.

VIRTUDES PATERNAS

Los mensajes que traspasa el padre a lo largo de su
vida, darán al hijo los límites de lo activo en su
actuar cotidiano. Estas virtudes son:

DEBER TEMPLANZA

PRUDENCIA VALOR

FORTALEZA ÁNIMO

CORAJE JUSTICIA

En nuestra cultura es común encontrar carencias
en las virtudes paternas, debido a la recurrente ausencia del
padre. Es frecuente que el padre abandone al hijo y no lo eduque.
También se presenta su ausencia del hogar por motivo de su
trabajo, por su estilo de vida, hobbies, adicciones.

Para el niño el padre es un Gigante, casi dobla
su altura y realiza un sinnúmero de tareas, cada una de
las cuales es un prodigio

EL OGRO

Necesitamos caracterizar al ogro en amplia medida, su
estilo de vida, las sutilezas de su carácter, su forma de
embrujar personas y situaciones. Identificar a este funesto
personaje que invade nuestra vida y echa por tierra la
felicidad.

Este puede surgir en el nuevo jefe de la oficina, el
vecino de nuestra casa, un compañero de viaje, dondequiera
que vamos, corremos el riesgo de estar dentro del
perímetro de su influencia nefasta. Más cercano
aun, surge la posibilidad de que seamos uno de ellos: un Ogro,
por alguna parte del tiempo o todo el tiempo, cual mandato del
destino.

Se lo puede recordar en los relatos de la infancia,
solitario en el enorme castillo, dispuesto a sorprender a su
víctima, sin embargo, desprovisto frente a un argumento
inteligente y certero.

El Ogro provoca miedo desde lejos y causa lástima
al conocer su verdadera condición, esclavo de sus propios
embrujos.

LOS TESOROS DEL OGRO

Los tesoros han acompañado a la humanidad desde
lejanos tiempos. Así lo informa la literatura
histórica y de ficción. En todas las culturas
encontramos leyendas de tesoros bien guardados, historias de
piratas que esconden sus botines, familias que enterraban sus
joyas y monedas de oro y plata, en los jardines de sus casas o en
las paredes de sus mansiones a fin de salvaguardar esos bienes.
El tesoro, tiene la función de generar seguridad,
estabilidad y tranquilidad a su propietario. También le
genera sombras de inquietud, el pesar que puede ser
descubierto.

Relato

Un viejo guardaba lingotes de oro debajo de su cama.
Unos muchachos que habían descubierto su secreto,
sustituyeron los lingotes de oro por piedras pintadas. El viejo
regularmente miraba sus tesoros. Un día se le
ocurrió tomar uno de los lingotes y al notar el peso
–tan diferente- advirtió que había un
engaño. El viejo reflexionó y se preguntó
quien habría podido saber de sus lingotes y como se
habrían dado cuenta donde estaban. Lo que el viejo no
sabía, que era muy notorio para los demás, que de
tanto trabajar y ganar dinero y joyas, nunca gastaba en nada.
Vivía pobremente. Los muchachos entraron en la confiada
casa del viejo y sustituyeron los lingotes. El viejo llegó
rápidamente a la acertada idea que los muchachos
habían sido los del estropicio. El Viejo sintió que
se le venía el mundo abajo, pero armado de valor
llamó a los jóvenes para recuperar sus lingotes. La
conversación era algo insólita y lo fue aún
más cuando los muchachos dijeron al Viejo: Efectivamente,
nosotros tomamos los lingotes de oro, los sustituimos por piedras
pintadas. Mientras tú mirabas las piedras, pensabas que tu
oro estaba a salvo. Estabas tranquilo. Nosotros con el oro
compramos tierras y ganado. Ahora te vamos a cambiar las piedras
por los lingotes, que hemos recuperado de las ganancias que
hicimos. También tendrás una ganancia.

– ¿Y por qué no me lo pidieron?

– Cuando lo hicimos te negaste rotundamente y dijiste
que esos lingotes no existían.

El Viejo estaba absorto en sus pensamientos. Su razonar
se había detenido en la frase "mientras tú
creías" que el oro estaba ahí, no había
problema. Es decir que su realidad eran las cuestiones que
creía ¿Y si la creencia se comprueba y resulta que
no es verdad? El viejo quedó sumido en profundas
reflexiones ¿Cuántas creencias tengo que vivo tan
pobre?

Al carecer la persona del torrente de caricias que se
hace necesario para una vida en plenitud, busca un sustituto a
esas caricias y lo encuentra en el atesorar diferentes elementos.
Estos pueden ser de un valor real, como monedas o joyas,
–inclusive- personas, o lo que se valorice como tal. La
valoración que se hace de lo que se atesora es subjetiva.
Por tanto, la gente que rodea al Ogro, debe tener mucho cuidado y
observar atentamente en que elementos, cosas, pensamientos o
recuerdos éste deposita su confianza y fe. Mientras no se
atente contra estos valores, estará más o menos
tranquilo, dado que su seguridad personal suele sustentarse en
esas pertenencias.

Los niños cuidan sus juguetes –los que
ellos mismos fabrican- y tienen lugares específicos en su
casa que son sus guaridas. Allí depositan sus pertenencias
más valiosas. Su ropa interior es bien guardada (las
niñas), saben de sus cajones de sus útiles de aseo
personales. En todo esto, están sus valores.

El Ogro tiende a profanar estos lugares sacros de los
niños, en aras de una autoridad irracional. Todas las
personas tienen sus propios y personales tesoros en la vida y se
deben proteger del alcance de Ogros que merodean.

El atesorar puede ser una función positiva toda
vez que es una experiencia de crecimiento, asociada a la
expresión del afecto philia. Atesorar pensamientos y
conocimientos, atesorar expresiones de arte, atesorar elementos
para desarrollar la comprensión de la
religiosidad.

LOS RITUALES DEL OGRO.

Si bien sabemos que la vida esta conducida por rituales,
éstos al Ogro no le son ajenos. Los ritos del Ogro son
universales, la diferencia estriba en que en el caso de
él, éstos son compulsivos. Los rituales que impone
en su casa, son absolutos y nadie ni nada debe trasgredirlos. De
ser así, el Ogro despliega toda su ogrosidad. La seguridad
del Ogro reside en el cumplimiento de rituales, que son la forma
de Caricias Sustitutivas que le permiten una vida más o
menos grata. Si faltan los ritos, queda en situación de
indefensión, que le es insoportable. La falta de sus ritos
deja al Ogro al descubierto de su debilidad, debido a que es
dependiente de las personas a quienes aterroriza. Si sus
víctimas se salen del juego el Ogro queda reducido a la
nada, al desaparecer el juego, las víctimas recuperan su
libertad.

Los rituales son los rieles por los cuales viaja la
estructura psíquica. Por ello, toda la vida humana se
desarrolla a través de rituales. Paradojalmente una
persona sana y madura emocionalmente, puede ir construyendo sus
propios rituales, por medio de los cuales avanza en su vida
personal. Esto es independiente de la experiencia religiosa que
el sujeto tenga. La estructura de ritos es anterior a la
experiencia religiosa, sin embargo, es un constituyente
fundamental de esa experiencia.

El Ogro, que es un dependiente, tiene fuertes creencias
que le estructuran sus propios rituales; éstos dan validez
a su ogrosidad, en un proceso de racionalización. Su
mensaje mental es "Así me hicieron mis padres, yo no puedo
cambiar"

LOS OGROS GORDOS

Por más que hagan dieta los Ogros sufren de
obesidad. Y no es cuestión de moda, se puede confirmar en
las láminas que traen las figuras legendarias del Ogro.
Están muy sobrepasados de peso. La razón hay que
buscarla en el arquetipo de la gordura. Obviamente que no nos
mueve el pensar en los problemas de alimentación, que son
la razón física de la gordura. Nos mueve la
razón psíco afectiva de tal resultado. La angustia
la quema el comer. Luego, los Ogros son Gordos, porque viven en
un constante estado de angustia.

El Ogro no ha recibido por parte de sus progenitores las
herramientas para luchar con semejante problema. La angustia
existencial es un problema que ha acompañado al ser
humano, desde que "comió del árbol del bien y el
mal" (Es decir, supo lo que era bueno o malo, y la
recomendación divina fue que se abstuviera de saber lo que
era bueno o malo, porque eso le llevaría a dejar de
reflexionar y buscar lo mejor, para enfrentar la circunstancia
que vivía. Si se sabe lo que es bueno o malo
inevitablemente se llegará al dogma, y del dogma nada
beneficioso se desprende para el hombre y para la
humanidad)

El Ogro tiene la posibilidad de saber que sufre de
"angustia existencial" y el mensaje se lo está enviando su
propio cuerpo, basta que mire su sombra y podrá hacerse un
test. ¿Cómo es la sombra que se proyecta?
¿Se asemeja a la figura que piensa que tiene? Y una
pregunta más ¿se compra la ropa de una talla
más chica que la que necesita? De más esta decir,
que un Ogro Gordo típico, evadirá el tema que se
refiere a su figura.

LOS OGROS FLACOS

También una forma de quemar la angustia
existencial, es precisamente dejando de comer y sustituir la
alimentación por cigarrillos, fuertes dosis de café
o cerveza. Esto hace que su figura tome una forma enjuta.
Despliegan gran cantidad de energía y en sus trabajos son
perfeccionistas. La pregunta que sigue es ¿de dónde
saca esa vitalidad el Ogro Flaco? La respuesta es que se nutre de
una catexis (energía psíquica) mal dirigida; en
lugar de canalizarse a través de las formas afectivas, se
revierte en si mismo, en una tendencia auto
destructiva.

El afán de perfeccionismo le impide ver que la
"angustia existencial" lo envuelve. Racionaliza el problema y si
se le cuestiona por la cantidad de cigarrillos que fuma y la
cantidad de café ingerido, responde a otros y a sí
mismo que eso es lo que le gusta. Dice "como todos vamos a morir,
prefiero estas satisfacciones ahora". Conceptos como descanso,
armonía, serenidad, no están en su
diccionario.

¿TIENEN BUENA MEMORIA LOS
OGROS?

Para tranquilidad del pueblo, los Ogros tienen una
memoria normal, es decir, van a recordar principalmente lo que
les interesa. Por eso recuerdan muy bien aquellos detalles que
hacen sufrir a las personas que conviven con él. Se auto
entrenan en estar alertas a esos signos, no los olvidan. La
situación se puede revertir si la persona que convive con
el Ogro, descubre en si misma cuales son las claves o
señales que envía. Por ejemplo, si la esposa vive
un ataque de ogrosidad, no se recomienda reaccionar, esperar con
paciencia que el ataque de ogrosidad pase, suele ser una buena
alternativa.

Para manejar –en lo posible- al Ogro, es necesario
recordar y tener siempre presente, que el Ogro es un resentido y
este resentimiento es alimentado a diario, lo que le permite ser
consistente con su ogrosidad. Los fundamentos del resentimiento
son tan irracionales como el resentimiento mismo, recordemos que
es producto de las creencias e imaginerías del Ogro, a
partir de una interpretación antojadiza de la realidad. No
se pretenda entender al Ogro. Esquivarlo y cambiar sus
señales conductuales, es un mejor camino.

El OGRO COMO ELEMENTO DECORATIVO

Si bien ha servido a la novelística y esto a dado
origen a producciones cinematográficas de extraordinario
valor artístico y de contenidos, no es agradable el Ogro
en casa. No decora, más bien decolora la armonía
familiar.

El Ogro generalmente es un engreído, él
pondera enormemente sus cualidades, lo que le hace ser agresivo y
no aceptar sugerencias.

La función del Ogro de novela, de historias
medievales, del cine, es simpática, incluso como modelo
psíco afectivo es agradable. En esa función, es un
modelo que permite comparaciones y sacar enseñanzas de sus
acciones y conductas. Este personaje novelesco, sin nombre ni
apellidos es fundamentalmente decorativo y los mejores esfuerzos
deben realizarse para que se mantenga en ese sitio.

La más importante enseñanza que se puede
obtener del Ogro como personaje de nuestras piezas de arte, es
precisamente para reconocer y evitar esas conductas en el diario
vivir.

EL OGRO Y LA CATEXIS

La Catexis (equivalente a la energía
física) es el elemento que se desplaza para obtener un
cambio o movimiento en el ámbito psíquico. El Ogro,
debe desplazar enorme volumen de catexis para mantener su
ogrosidad. Sostener un estado constante de tensión,
stress, bloqueo a sí mismo y a su familia, le resulta en
un desgaste formidable. Para recuperarse de este desgaste y de la
angustia existencial que todo esto le produce, come en forma
descomunal o se radicaliza en el uso de sustancias adictivas,
tabaco, café, bebidas alcohólicas.

Cada uno de nosotros podemos comprobar, que cuando
perdemos el control emocional y nos dejamos llevar por un mal
rato, al recuperar la serenidad se siente todo el cuerpo
adolorido, malestares por doquier, dolor de cabeza,
mareos… Se ha vivido un desorden psíco afectivo y
la catexis emancipada, supera el gasto normal. Este impacto
afecta a los órganos vitales del cuerpo, lo que lleva a
sufrir enfermedades crónicas, si esta situación se
repite con frecuencia.

La mala salud del Ogro se debe a un manejo descontrolado
de la catexis. Responder a su categoría de Ogro, como un
Ogro que nunca falta a su cita, significa un esfuerzo más
allá de lo soportable.

Toda persona responsable, tiene interés en
satisfacer las expectativas que se han creado a su alrededor. No
obstante, satisfacer esas expectativas es un martirio para muchos
y en el esfuerzo de cumplirlas hay quienes pagan con su vida. No
hay una medida establecida y fácil de medir, para la
catexis que sería apropiado desplazar para responder a los
requerimientos del medio. También es necesario saber si
aquellos requerimientos, responden a una realidad objetiva o es
una simple "película" que se recrea en la
imaginación, "creyendo" que la gente tiene tal o cual
expectativa sobre nuestra persona.

Satisfacer las propias expectativas, también
suele ser motivo de gran tensión, solemos actuar cual
verdugo de nuestro cuerpo y de nuestra sensibilidad,
otorgándonos maltrato físico y psíquico, dos
dimensiones de nuestra realidad, unidas por el contenido
afectivo. Si se logra un eficiente manejo de la catexis, se
alcanzan cada vez mayores niveles de armonía, en el
proceso de crecimiento personal.

AL OGRO SE LE REDIME CON SABIDURIA

No es fácil, pero si posible. Curiosamente la
mejoría del Ogro comienza en su esposa. Su
compañera, al darse cuenta que tiene una conducta
complementaria y que mantiene al Ogro en su ogrosidad, toma
consciencia de esta situación y lentamente comienza a
cambiar. El Ogro (dependiente de su víctima) necesita
imperiosamente de esta relación, por tanto muy lentamente
comienza también a desplazarse psíco afectivamente,
para mantener la relación. Cuando la situación
está madura el Ogro se da cuenta de su ogrosidad y
emprende su evolución, con voluntad y esfuerzo
propio.

Una alternativa, más difícil que se
produzca, es que el Ogro, tome consciencia por sí mismo de
su situación y logre cambiar. Si esto se produce,
generalmente es producto de una situación límite
que logra sobrepasar su normalidad; por ejemplo, un accidente de
gravedad, el fallecimiento de un ser querido u otro evento que le
provoca un fuerte impacto.

Si el Ogro se enfrenta a sí mismo, pasará
muchas penurias y si logra captar la idea de ser feliz, eludiendo
el ropaje del Ogro, vale la pena tal liberación aunque sea
por un segundo en la vida. El tendrá la fuerza (catexis)
necesaria para llevar a cabo la heroica misión: Redimirse
y liberarse del embrujo.

¿Quién hizo al Ogro
así?

Con alta probabilidad fue un niño no atendido por
sus padres. Su experiencia de desarrollar sentimientos, expresar
emociones y afectos, se sustenta en la incapacidad afectiva de
sus padres. De niño a joven, de joven a adulto, su
historia carga el estigma del abandono.

Las cañerías por donde transita la
percepción sensorial hacia la construcción de
sentimientos, si no fueron adecuadamente destupidas por la madre,
imposibilitan el fluir de la información afectiva, por
esto son incapaces sus afectos. La experiencia de una caricia lo
deja perplejo, confuso.

En el afecto Storge, el Ogro aparece como un padre
autoritario, dogmático, intransigente.

EL OGRO EN EL PADRE

No cumple con el deber de estar presente en la
vida de su hijo cuando éste lo busca y lo
reclama.

No tiene la prudencia para respetar el
ámbito sagrado del hogar, en donde su hijo encuentra todos
los elementos para desarrollarse en el futuro su propia
vida.

No posee la fortaleza de carácter que le
permita mantenerse ecuánime frente a los problemas que
enfrenta.

No posee el coraje para reconocer sus debilidades
y pedir ayuda para remontar conflictos si su vida familiar lo
requiere.

No posee la templanza de carácter que le
permita resistir una larga trayectoria para alcanzar sus metas.
No reconoce la importancia de las funciones que debería
asumir en cada situación de su vida.

No posee el valor de asumir sus funciones
paternas, ya que se considera aun el nene de mamá. No
protege su nido. Se vuelve indiferente a las necesidades de su
hijo.

No posee el ánimo que le permita resistir
las continuas tentaciones y antagonismos del medio.

No es capaz de reconocerse a sí mismo como
sujeto administrador de justicia
. No se muestra justo con su
familia, cuando es requerido su criterio.

El Ogro en el Padre se presenta en un varón
desprovisto de madurez. La historia afectiva se encuentra en
alguno de los siguientes casos:

Es un dependiente materno, es decir, su madre no
decidió cortar el cordón afectivo que le
haría una persona afectivamente independiente, capaz de
"Dejar padre y madre para unirse a su pareja" como lo dicta el
mandato bíblico. Aunque se case y tenga hijos,
jamás asumirá esta condición en
términos de afectos.

Su padre lo abandonó o se mostró
débil e indiferente en el proceso de su desarrollo desde
niño. La imagen paterna que posee es poco clara y
está desvirtuada en cuanto a los valores que se espera
posea. Este varón se sustenta en los debilitados valores
de lo paterno existentes en la sociedad. Constantemente la
cultura le ratifica que seguirá siendo aceptado, aunque no
cumpla sus funciones paternas. La persona vale por su
profesión, su capacidad de consumir, las opiniones que
tiene; a nadie se manda al ostracismo por abandonar a su hijo o
no cumplir con los deberes paternales.

Familia y sociedad dan permiso al varón para ser
Ogro. Aun se le premia, el consumo de alcohol, el trato
desconsiderado con la mujer, el vivir descuidadamente o albergar
sentimientos negativos y autodestructivos.

Suele suceder que un respetado líder comunitario,
muera repentinamente de un ataque al corazón producto del
"odio" que ha cultivado contra su adversario. En vez de reconocer
que fue superado por su Ogro interno, todos dirán que una
persona tan sacrificada, es propiamente un mártir de su
causa. Y seguirán cultivando el valor, de generar
sentimientos negativos autodestructivos.

El Ogro en el padre, impide al varón reconocer
que su hijo está en edad de sucederle y que es tiempo de
retirarse, a realizar labores de apoyo y no de protagonismo. Esto
se presenta con frecuencia en las empresas, organizaciones
sociales y políticas. Sin embargo, también en el
ámbito familiar, el varón opaca al hijo compitiendo
con él. Esta situación es menos evidente a los ojos
del observador, pero el hijo reconoce en sí mismo un
resentimiento que le acongoja y le impide pasar etapas en su
desarrollo personal.

Relato

Repitiendo el rol paterno. De pronto se da cuenta que
esta haciendo exactamente lo que su padre hacía. Pone la
película en reversa y es tal cual su padre era. La
pregunta que salta es ¿por qué ha olvidado lo que
tanto le asustaba, lo que sufría esperando el castigo que
le impondría? ¿Recuerda el día en que se
prometía nunca golpear a su hijo, y se pasabas las manos
por sus magulladas piernas? Es curioso como el correr de los
años deteriora la memoria y pone un paño negro en
esos ingratos recuerdos. No es con fines de revancha o de
propiciar la enemistad con el padre, lo que mueve a recordar esta
situación. Lo importante es que se toma consciencia que se
está haciendo lo mismo, y que se puede modificar esa
respuesta. Tampoco se pretende incentivar el sentimiento de
culpa. Rotundamente no. Se trata de hacerse cargo de la respuesta
personal y de aceptar lo que legó el padre. A no dudar que
él hizo lo mejor que pudo y si se le pregunta donde lo
aprendió, dirá con mucho orgullo, que fue lo que su
padre le enseñó. Por tanto, tampoco es responsable,
ni culpable de nada.

Los signos de hombría que recibió como el
de no llorar, no manifestar desagrado, ni molestias, ni
frustraciones, lo ha convertido en lo que se llama un "machista",
que tiene verbalmente una vida de atropellador, violento con la
esposa, gritón con los débiles, pero si le
sobreviene una fiebre alta, un dolor de barriga, le vemos
clamando a los cielos por el dolor y rogando que se le atienda.
Si los aires económicos son malos y arrecian las
dificultades, responde con una depresión. El "hombre
duro", se ve reducido a su mínima
expresión.

Entonces, el Ogro que hace temblar el hogar, se encierra
en su cuarto esperando que pase la tormenta; o se va de parranda
con los amigos para intercambiar sus aventuras mitológicas
y olvidarse -por un corto tiempo- de la situación en
casa

El principio de autoridad es la gran defensa del Ogro.
En este resquicio se afirma toda su teoría de Jefe De
Hogar. Y de ese bastión es imposible sacarlo, sus
racionalizaciones llegan al infinito.

El concepto "auto-ridad" viene de auto = si mismo. Es
decir que sobre la única persona que se puede dirigir,
orientar y mandar, es a sí mismo. La autoridad con
relación a terceros se limita a actos y a que estos sirvan
de ejemplo para ser imitados.

El problema real del Ogro, es que los niños que
se forman en su entorno lo imitarán y el día de
mañana cosechará lo que ha sembrado.

La botella y la bebida de alcohol, es el escondite
preferido del Ogro. No se ha dado cuenta que es transparente y
que se ve muy mal apretujado dentro de ella. El piensa que va a
una caverna solitaria. En la medida que pasan los años los
viajes a la caverna son más frecuentes y pronto descubre
que seres extraños viven en ella. Cuando pretende salir de
la caverna advierte con terror que está descomunicado de
su cuerpo. Las piernas no le responden, la vista le vaga por su
cuenta y los seres de la caverna vienen a visitarlo a su cama, al
dormitorio, a la sala de estar. Ya no hay trabajo para el
Ogro.

Esperando al verdugo, el final del Ogro es infeliz. La
soledad le acompaña y ésta es buena
compañía, pero mala consejera. La toma de
consciencia del Ogro, estadísticamente es muy
baja.

SINTOMAS

¡Embrujados Aprendices de Ogro! Tenemos tiempo de
reaccionar. Debemos reconocer los síntomas, cuando el Ogro
se apodera de nosotros. Responda VERDADERO O FALSO en el
siguiente test.

– ) Reprime las emociones

– ) Busca a otro para que asuma lo que es su
responsabilidad

– ) Bebe y maneja la bebida; dice que "Bebe cuando
quiere"

– ) En su casa es la autoridad y siempre se le debe
respeto

– ) Castiga con golpes a los niños

– ) Insulta a su esposa y hasta llega a
golpearla

– ) Es huraño y retraído

– ) Siempre tiene la razón

– ) Su problema es que la gente no lo
entiende

– ) Es trabajador, nunca descansa.

Si ha respondido uno o más Verdadero, debe estar
alerta.

En alguna oportunidad, el Ogro se encuentra con la
pregunta que ha rondado su cerebro, pero que nunca se ha querido
formular. ¿Cómo fueron mis padres? Tan sólo
el pretender cuestionar a sus padres le provoca toda clase de
malestares. No atiende a la pregunta, la esquiva, se vuelve
más huraño si es posible. Ahí permanece la
pregunta, cual perro fiel, aguardándole.

El Ogro puede intentar vivir en el opuesto de donde ha
vivido. Cambiar radicalmente de vida.

Se enfrentará entonces a la puerta que nunca ha
querido tocar, por miedo a que se abra, es la puerta que dice
PAPA.

RECONCILIARSE CON EL PADRE

Relato

Al abrir la puerta de acceso al mundo de la intimidad de
su padre su primer descubrimiento es que su Madre no es la Bruja
que el pensaba, sino que era la primera víctima de su
padre. Este golpe certero le desconcierta completamente. Su madre
no era en realidad lo que él había percibido; sus
acciones habían querido protegerlo y salvaguardarlo de su
padre, pero el Ogro había sido más fuerte que ella.
Se dio cuenta entonces, que con relación a su madre no
cabía una reconciliación, sino solo reconocer el
inmenso cariño que por él sentía y
retribuirle ese cariño tan mal entendido. Se había
tendido un puente de plata entre él y su madre. Los dos lo
cruzaron y su encuentro fue en medio del río de la vida.
Por primera vez el Ogro lograba derramar lágrimas (y dicen
que desde ese día los ríos no se secan…)
Maravillado el Ogro se dio cuenta que su Madre, que ya no estaba
con él, vivía en su intimidad.

A poco de andar y dejar a su madre en un Jardín
de Bellas Flores, prosiguió la búsqueda de su Ogro
Padre. Lo encontró en un lugar que le parecía
conocido. Quizá la caverna que le había dado
refugio tanto tiempo atrás, pero el lugar era
sombrío y a él estas sombras no le agradaban.
Invitó a su Padre a conversar al aire libre.
Después de algún regateo el padre
aceptó.

El Ogro vio acercarse a una persona que no
conocía. Era mucho más bajo de lo que recordaba.
Enjuto, casi femenino, de voz débil (y él se
preguntaba ¿dónde está el Ogro Gigante que
me aterrorizó cuando niño?) Ante tanto desconcierto
le pregunta a su padre ¿Y cómo se explica esto, si
tiene explicación? El padre avergonzado le dice: "Hijo,
cuando tu abriste esa puerta por voluntad tuya y cruzaste el
umbral, hiciste dos cosas: liberaste a tu madre y a mí del
embrujo. Nuestros padres estaban embrujados y nunca lo supieron.
Ellos nos hicieron así".

"Tú has roto el hechizo de milenios, y haz
logrado tu propia liberación, ya no serás
más el Ogro, tendrás otra vida. Con tu madre nos
volveremos a casar. Y ahora seremos otros, no los embrujados e
intentaremos conocer la felicidad."

Padre, una pregunta más, ¿y de tus padres
qué?

"Bien hijo, yo a mi vez tendré que abrir la
Puerta de mi Padre."

EL GIGANTE BONDADOSO

Aprender a ser Gigante Bondadoso es una tarea posible de
asumir. No es necesario ser Ogro antes. Se puede iniciar el
camino para llegar a ser un Gigante Bondadoso, desde cualquier
situación en que se encuentre. El punto de partida es una
pregunta, que de ser respondida positivamente, abre las puertas a
un camino de ocho vías, conocido como El Camino
Óctuplo
.

¿Estás dispuesto a revisar todo lo que has
dado por cierto?

Primera Vía: Debes saber cumplir con tu Deber,
sin embargo no debe menguar tu fe. La Fe que te alumbra y
guía tus pasos no debe impedir que cumplas con tu
deber.

Segunda Vía: La Prudencia que debes tener en tus
actos no debe menguar tu esperanza. La Esperanza que te alimenta
no debe interferir con tu prudencia.

Tercera Vía: La Fortaleza de tu carácter
no debe perjudicar tu ser caritativo. Tu Caridad no debe menguar
tu fortaleza.

Cuarta Vía: El Coraje para enfrentar la vida no
debe aminorar tu serenidad. La Serenidad que te acompaña
no restará tu coraje.

Quinta Vía: La Templanza es la sabiduría
de las combinaciones, enfrentar sorpresivos requerimientos no
mengua tu tolerancia. La Tolerancia que te adorna no interviene
en la templanza.

Sexta Vía: El Valor para vivir la vida no altera
tu paciencia. Tu Paciencia no mengua tu valor.

Séptima Vía: El Ánimo que nunca te
abandona no debe avasallar la continencia. La Continencia que te
permite aceptar, no debe menguar tu ánimo.

Octava Vía: La Justicia es el don más
preciado, sin embargo, no debes olvidar a la magnanimidad. Un
acto Magnánimo no puede ser injusto.

Si eres capaz de recorrer estas ocho vías, un
Gigante Bondadoso tu serás.

Llevar cada día un Gigante Bondadoso escondido
dentro de la camisa, que orienta los pensamientos y las acciones
hacia portentos y éxitos. Un empleado Gigante Bondadoso
coopera con un jefe Gigante Bondadoso, y muchas cosas buenas
pueden ocurrir en el trabajo de personas afectivamente
independientes y elaboradas.

Cuando te encuentres un Gigante Bondadoso, aprende de
él, es posible que su "actuar con justicia", no te sea
agradable ni conveniente en una primera impresión,
más pronto podrás comprobar lo acertado de su
juicio.

Capitulo 4 El abc
para salir del encantamiento

El embrujo causó dolor y confusión, nada
salía bien. Solo el camino de la reconciliación
afectiva y la reflexión sistemática dejó el
sendero limpio de espinas y abrojos.

Sin dolor, sin culpa, realizaremos como
Príncipes herederos de todas las fortunas del
Castillo, los pasos necesarios para salir del
encantamiento.

A. CONSTRUCCIÓN DE SENTIMIENTOS

Detengámonos en dos verdades del refranero
popular: "Ojos que no ven, corazón que no siente" y "El
amor entra por la cocina". Para poder generar los sentimientos es
necesario contar con los órganos de la percepción.
Para que el corazón sienta de verdad es necesario tener un
contacto con la persona. Los amores "platónicos" son
aquellos en que la persona amada no se entera del sentimiento del
"amador". Es una situación clásica entre los
jóvenes púberes, repartir los sentimientos entre
artistas y otros personajes lejanos e inalcanzables para ellos.
Por esta razón, aquellos sentimientos están
condenados a vivir en el claustro de la imaginación. Los
órganos que participan en la elaboración de este
tipo de sentimientos son preferiblemente la vista y el
oído, estando ausentes el olfato, el gusto y el tacto. La
vista y el oído alimentan a la Imaginación y
ésta, se encarga de cerrar la puerta del claustro. A
puerta cerrada, la situación es manejada por
Imaginación, a su regalado gusto, creando toda suerte de
situaciones que "imaginariamente" satisfacen alguna necesidad.
Los sentimientos buscan alguna vía para lograr expresarse
y cumplir su función primordial: convertirse en afectos.
Si no encuentran una salida normal y eficiente se revierten y
comienza un proceso de descomposición sentimental; se
provoca la auto-agresión, que en los casos mas graves se
convierte en auto-destrucción.

Si los ojos no ven, el corazón no siente. En buen
romance nos dice que para que el corazón (los
sentimientos) se comprometan, es necesario que participen los
cinco órganos de la percepción. Debemos oler,
palpar, degustar, oír y ver; de esta manera los
sentimientos fluyen a través de la mano, cuya
función principal es ser la portadora de las caricias que
permiten la transmisión de tales sentimientos.

El amor entra por la cocina y un buen plato servido con
atención golpea sutilmente el olfato, la vista, el gusto,
el tacto y el oído, si una voz nos invita al agasajo.
Nuestra mejor respuesta es querer a esa persona
¿Quién no recuerda la cocina de Mamá?
Así se logra entender las relaciones que están
fuertemente unidas, la solidez de algunas culturas y su
permanencia en el tiempo, que se ha debido sin duda, al
fogón familiar.

La emoción

Si a medianoche nos despierta un ruido ensordecedor,
sobresaltados, sorprendidos, por tal ruido, no atinamos a nada.
Sin saber lo que pasa nos levantamos de la cama. Estamos bajo una
fuerte emoción cuyo origen desconocemos. Buscamos por la
casa y descubrimos que el gato ha botado unas ollas de la cocina.
Surge la trasformación de la emoción en un
sentimiento de rabia contra el gato. Al darnos cuenta de lo que
ha sucedido, hemos elaborado la emoción y el gato se gana
nuestros más siniestros sentimientos. Tomamos
acción, es decir, expresamos el sentimiento en conductas
concretas, con el palo de la escoba, nos abalanzamos sobre el
Gato, quien cree que vamos a barrer, pero pronto advierte que se
ha adjudicado un premio, cuando ve volar por sobre su cabeza un
escobazo. Probablemente pensará que no es hora de jugar y
hace un discreto retiro de la escena. Por nuestra parte,
ordenamos algo en la cocina, tomamos agua y volvemos a la cama.
Estamos desvelados y los últimos pensamientos, antes de
dormirnos nuevamente, son sentimientos no gratos hacia el
gato.

Los primeros artífices de los sentimientos son
–entonces- los órganos de la percepción, que
generan las emociones. Con estas emociones trabajan la
imaginación, la creatividad, la inspiración y el
razonamiento (pensar y meditar), dando forma a los sentimientos.
La voluntad aporta la capacidad de convertir los sentimientos en
conductas, las que son representantes legítimas de los
sentimientos.

¿Podemos actuar sobre los
sentimientos?

Definitivamente sí. La experiencia de los
sentidos, nos conduce a un proceso que pasa por la experiencia
emocional, esa que nos sobresalta, nos hace transpirar las manos,
atragantarnos para hablar, subir la adrenalina, paralizar los
músculos y otros. Culmina el proceso con la
generación de sentimientos, esos habitantes de nuestra
psiquis, los cuales no vemos, son difíciles de definir y
hablar sobre ellos; permanecen como en una caja negra.
¿Cuándo sabemos de ellos?

Una actitud o una acción concreta, por ejemplo:
Suspirar. Un suspiro que se escapa desde el pecho con un suave
sonido de la voz, dejando salir una corriente de aire, informa de
la presencia de un sentimiento. En otro caso, suele suceder que
alguien nos otorga un saludo y le damos por respuesta una
soberbia "patada"; sorprendidos, nos hacemos a nosotros mismos la
observación: "yo no sabía que tenía tanto
resentimiento con esa persona"

La existencia de un sentimiento puede ser desconocida
para quien lo alberga en su interior, debido a que no podemos
tener conciencia de todas las grabaciones que realiza la
percepción sensorial. La capacidad de guardar
información por parte del cerebro, es enorme y
difícil de medir. Se puede comprobar que mientras la vista
está ocupada de una actividad como leer, los demás
órganos se encuentran también alertas y haciendo
sus propias grabaciones.

En todo tiempo se han utilizado técnicas para
provocar el desarrollo de sentimientos en las personas: Cleopatra
se dedicaba a obtener una especial suavidad en la piel mediante
baños en leche; las culturas orientales crean gratos
ambientes con sonidos y olores particulares; la empresa moderna
procura que el cliente la recuerde e identifique con un olor
particular; el árbitro deportivo invita a estrecharse las
manos a jugadores que se encuentran mutuamente
hostilizando.

En el caso de las madres con hijos pequeños,
quienes pasan más tiempo con los niños, establecen
vínculos más estrechos, que les permiten mayor
comprensión, mejor comunicación y encontrar mayor
identificación y realización en la función
materna.

Entonces si alguien desea generar sentimientos positivos
con su suegra, su vecino o su jefe, debe buscar la experiencia
que le permita percibirlos en forma diferente. Conocer la
música que les agrada, al saludarlos retener la
sensación de estrecharles la mano, hablar por
teléfono y muchos otros, el resultado puede ser el obtener
sentimientos de solidaridad, caridad, aceptación que luego
se traducirán en un trato más relajado, de mayor
compromiso personal. Ese cambio de actitud puede a muchos
salvarle la vida. Ya sabemos, que el estrés al que
sometemos a nuestro organismo físico, a causa de nuestros
sentimientos no elaborados es enorme.

La madre y el padre son relaciones que para la
mayoría de las personas constituyen conflictos, en este
caso al manejo de los sentimientos le hemos llamado
Reconciliación.

El laboratorio de sentimientos a nuestro
favor

Si la situación que enfrentamos es de
confusión de nuestros sentimientos o de los sentimientos
de otra persona, es necesario como primer paso, analizar lo que
vemos, es decir, los Afectos. Si la descripción de
acciones objetivas, no es positiva, podemos pensar en construir
nuevos sentimientos para con la persona en conflicto.

Este es un mensaje salvador para quienes como
María, Jorge, Claudia -a quienes dejamos en el primer
capítulo, sumidos en la confusión y el dolor-
tienen aun la opción de cambiar resentimientos por
genuinos y constructivos sentimientos.

Papá no me quiere, nunca me quiso, no
valoriza mi persona y se empecina en ser hostil. – Pobre
Papá, tu ogrosidad te invadió completamente, no
puedo ayudarte, sin embargo, puedo hacer una ceremonia en mi
corazón. Una ceremonia privada, sencilla pero sincera "Me
reconcilio contigo y con todos los Ogros. Trataré de
evadir tus mezquindades, poniendo tantos sentimientos positivos e
independientes, que rebasaré ese espacio, lo
reemplazaré y desalojaré por fin para siempre, el
resentimiento que nada bueno engendró".

Al cónyuge egoísta, que va tras
emociones juveniles y nada más puede comprender. Respondo,
construyendo sentimientos importantes hacia mí y hacia
otros, reflexiono acerca de la gran responsabilidad de ser feliz
y comprender a todas las personas, incluso a aquellas que no
llegarán jamás a valorizarme y a darme
justicia.

B. ADQUIRIR LAS 8 X 2 VIRTUDES

"CUANDO DECIMOS, AHÍ VA LA TERNURA, DE
INMEDIATO BUSCAMOS A LA CRIATURA"

Gabriela Mistral

Así mismo, en nuestro lenguaje cotidiano nos
hemos habituado a asociar al virtuoso, con la persona que domina
una técnica. Queremos remontar la idea de virtud y
excelencia, en la conducta de las personas.

La ausencia de las virtudes en las personas es producto
de la ausencia de la madre, en la formación y
educación del infante. Este es el origen del
embrujamiento. Allí reside el castillo encantado en donde
se cría el niño. A falta de las caricias maternas,
el infante construye sus propios muros para salvaguardar su vida.
Allí se enseñorea la imaginación. La
ausencia de caricias, de amamantamiento, hace que el
pequeño no reciba el alimento fundamental. Esta
situación lo deja en malas condiciones para desarrollar su
vida. El infante tiene dos alternativas, o se echa a morir (y
realmente fallece) o se convierte en súper hombre. En
ambos casos, hay una angustia existencial grave. Caminan en la
vida en busca de la madre que nunca los amamantó. Si la
madre no ha implantado sus virtudes, difícil tarea para
que el padre pueda implantar las propias.

La situación del trabajo de la mujer fuera de la
casa, empeora las cosas; los niños son criados con
productos sintéticos y cuidados por profesionales. Como
las caricias y la leche materna son insustituibles, el
niño hace uso de todo su aparato natural para sobrevivir
en estado de emergencia por toda una vida.

La atomicidad de la familia, que se vive en los tiempos
modernos, hace que muchos hijos sean criados por un solo padre.
La estructura de virtudes se ve alterada. Las combinaciones que
se pueden hacer son muchas y a ello hay que agregar la respuesta
personal del niño, lo que hace difícil vaticinar
las consecuencias. Lo que si esta claro, es que la estructura de
virtudes materno paterno es indispensables para el buen
desarrollo del infante, para un buen crecimiento y para llegar a
ser un adulto pleno y feliz.

Si el niño recibe sus caricias no
estará embrujado

LAS 8 VIRTUDES DE LA MADRE.

Relato

Las noches de invierno, con sus truenos y rayos,
retrotraen a la casa materna en donde la madre nos
protegía de los ruidos; en sus brazos, todo estaba a
salvo. Decía quedamente, que ya dejarían de jugar
los ángeles en el cielo y volvería la calma.
Día a día, en cada circunstancia difícil,
está presente la Fe que mamá supo entregar
con sus caricias.

Los proyectos más interesantes que se pueden
encontrar en la vida están apoyados en la Esperanza
que ella supo implantar en el alma infantil. Enseñó
que no por estar nubado el sol dejó de existir. Y su
actitud diaria así lo conformaba.

Explicó que todos son iguales y que se puede
ayudar, a quien lo necesite, por la simple razón de ser
una persona. No había requisitos, para la Caridad,
sólo el respeto a la gente a quien se pudiera ayudar. Ella
siempre tuvo una sonrisa, para todo el que se cruzaba en su
camino.

Supo en las horas en que alguien se alteraba, hacerle
recobrar la Serenidad y para ello usaba su singular
sonrisa y su admirable silencio que todo lo decía. Su
presencia diluía todo ambiente enrarecido por las malas
vibraciones.

Los juegos que compartían los hermanos, eran una
verdadera cátedra de Tolerancia. A cada uno le
correspondía lo propio, mamá enseñó a
tolerar las diferencias y las aptitudes de cada uno.

Esperar el turno que correspondía para comer,
jugar o bañarse. Los entrenó en la Paciencia
para las largas esperas que habrían de afrontar en la
vida.

La cercanía de muchachitos menores, le brindaba
una oportunidad excelente para graficar –un concepto
difícil- cómo esos otros niños,
podían ser cuidados por ellos. Más tarde se
sabría que eso se llama Continencia, la capacidad
de contener, de comprender a otras personas. En el ejercicio de
la adultez este concepto es primordial para la
participación social.

Nos dejaba perplejos, el hecho que para todos tuviese
una palabra amable, una sonrisa, una caricia. Intervenía
en pleno fragor de la batalla. Para ella nunca hubo vencidos ni
vencedores, ni víctimas ni victimarios. Todos son sus
hijos y a cada uno tiene un trono en su corazón. Con gesto
amable y con una acción firme disuadía a quien
pretendía agredirla. Nunca guardó rencores. Su
Magnanimidad le permitía el privilegio de ser
feliz.

Estas virtudes son las que entrega la madre al hijo y
para que esto ocurra, solamente se necesita que la mujer descubra
que durante su maternidad, Dios ha extendido su grandeza una vez
más. Por esta razón, ella contará con toda
la intuición que permite el ingreso a la sabiduría
para criar y educar a su hijo.

LAS 8 VIRTUDES DEL PADRE

La acción en el mundo está regida por la
capacidad de hacer, lo que hay que hacer, en el momento adecuado,
en el lugar preciso. Saber cumplir con esta norma, es el legado
del padre y se conoce como el cumplimiento del Deber. La
fe que ha implantado la madre es el soporte que tiene el padre
para sembrar la virtud del deber. El cumplir con el deber, sin el
sustento de la fe, resulta en trabajadores compulsivos, que nunca
llegan a la meta y que no son felices.

El refrán popular dice: "ni muy adentro que te
quemes, ni muy afuera que te hieles". En cada situación de
la vida hay que ser prudentes y saber estar a la debida
distancia. La virtud de la Prudencia es posible porque se
sustenta en la esperanza que otorga la madre.

Para superar las diferentes etapas de la vida, con sus
aciertos y errores, es necesario tener Fortaleza de
carácter. Sin embargo es menester tener presente que ello
no significa olvidarse de la caridad. La fortaleza se nutre de la
caridad.

La vida es un combate y se requiere coraje para
enfrentarla en todas sus circunstancias. El Coraje de
vivir la vida plenamente se apoya en la serenidad. El padre con
su ejemplo –en la vida cotidiana- señala la ruta a
sus hijos.

La capacidad de combinar los diversos elementos que
concurren en las más variadas circunstancias, es la
Templanza, virtud paterna que se apoya en la
tolerancia.

El Valor que tiene la vida, la persona, la
familia, la sociedad es un atributo paterno que lo ejemplifica
por medio de sus acciones. Se fundamenta en la paciencia, virtud
materna.

La vida del varón es de una constante lucha por
lograr mantenerse en un medio hostil. La sobre vivencia,
–aún- en la sociedad organizada, requiere de un gran
Animo para estar dispuesto a no dejarse caer, producto de
efímeras derrotas; ello se logra cuando el ánimo se
apoya en la continencia, virtud materna.

El producto de estas virtudes, amalgamadas en la vida,
llega a conducir al sujeto a lo más excelso de la conducta
humana, la virtud de la Justicia. Una persona que ha
internalizado las virtudes que su padre le han legado, llega a
obtener la excelencia de un Acto Justo.

Entregar estas virtudes por medio de actos voluntarios
lleva a ejercer la Paternidad. "Ser padre no es cuestión
de engendrar, como el tener un piano, no le hace a uno pianista"
(Goethe)

Las virtudes en acción

Sucede a lo largo de la vida, que de tanto en tanto
reflexionamos respecto a la forma en que enfrentamos las
relaciones con otras personas, incluso a veces nos preguntamos
como hemos llegado a tener una expresión en la cara o una
posición fanática e irreflexiva. El recorrer la
lista de virtudes, nos lleva siempre a encontrar aquella o
aquellas, que están débiles o están
ausentes. Una vez identificada, podemos hacer el ejercicio de
incorporarla.

Usted podría decir que, lo que no hicieron un
padre o una madre cómo pudiera ser reparado. La
experiencia nos confirma a cada paso, de la capacidad de nuestra
psíquis para recrear, aquello que es instalado en ella por
la voluntad de la persona. Una vez que nos reconciliamos con
nuestros padres, ocurre que se ha fortalecido y desplazado el
fundamento simbólico, al que llamaremos MADRE INTERNA y
PADRE INTERNO. Esa realidad interna es la que nos habla, aquella
con la que dialogamos y nos ofrece una opinión cada vez
que lo consideramos necesario. Pudiera decirse que somos nuestra
propia madre y somos nuestro propio padre, en forma
análoga somos nuestro propio hijo. En esta dinámica
nos acercamos a un equilibrio de gran potencia.

C. FLUIR POR LAS 4 FORMAS DEL AFECTO

Se ha definido al Amor en las diferentes culturas como
el Tao, la comunión con Dios, caridad por la humanidad y
otros. El concepto de amor está desde sus raíces
más antiguas vinculado a la relación con lo divino;
en el tema que nos ocupa, los tratos humanos, nos
referiremos a las diferentes formas que toman las relaciones
entre las personas, como Afectos. Distinguiremos varias formas
que toman los afectos y cómo podemos entender al
corazón, desde ese centro de análisis. Veremos
cómo, las cuatro formas afectivas en que expresamos
nuestro mundo interno, nos llevan en su equilibrio a desarrollar
la experiencia personal de lo místico, fundamento de lo
religioso. Nos acercamos así al concepto de Amor, mediante
el equilibrio afectivo, que según lo definían los
etruscos, era un término para referir la relación a
la deidad.

Los afectos de alguien en particular involucran a las
personas con las que se relaciona, pero también a
sí mismo. Es importante hacer notar, que cada uno de
nosotros se relaciona también consigo mismo. Se generan
los sentimientos mediante el proceso antes descrito y como
expresión de ellos, los Afectos son la
manifestación objetiva y concreta de esos señores
del servicio secreto que habitan, dicen, en el
corazón.

SENTIMIENTOS Y AFECTOS POR NOSOTROS
MISMOS

Podemos informarnos de los sentimientos hacia nosotros
mismos al observar como nos tratamos cada día,
respondiendo un breve cuestionario.

Pequeño test

Rutinas de Aseo

¿Uso un tipo de jabón, champú, etc.
que me otorga más satisfacción?

¿Creo un ambiente propicio y elijo elementos que
me gratifican, como toallas favoritas, luz, agua a cierta
temperatura?

Rutinas de Alimentación

¿Podría decir que sé cómo
alimentarme para estar sano(a)?

¿Podría decir que diariamente decido
otorgarme la mejor alimentación?

¿Las oportunidades que dedico a alimentarme se
encuentran entre los momentos más gratos y serenos del
día?

Rutinas de Vestirse y Calzarse

¿La elección de la vestimenta, tiene
relación con un mensaje que me estoy enviando a mí
mismo(a) y a los demás?

¿Si tuviera que leer el mensaje de mi vestimenta
qué diría éste de mí?

Rutinas de Descanso

¿Conozco la diferencia entre reposar, meditar y
dormir?

¿Duermo plácidamente y un número
adecuado de horas?

¿Al despertar recuerdo los
sueños?

¿Al despertar me encuentro
relajado(a)?

Rutinas de Recreación

¿Poseo una forma personal de
recreación?

¿La forma de recrearme me otorga tranquilidad,
alegría, disfrute de la compañía de otras
personas?

¿La forma de recrearme interfiere con otros de
mis intereses?

Rutinas de Adicciones

¿Fumo sistemáticamente cada
día?

¿Bebo bebidas alcohólicas
sistemáticamente?

¿Incluyo medicamentos y drogas en mi
consumo?

El cuestionario puede dar la idea de las actividades que
reflejan la opinión que tenemos de nosotros mismos,
cómo se asemeja o diferencia, lo que pensamos, decimos y
hacemos por nosotros mismos; el trato más o menos
cariñoso que nos damos, si pensamos que ese es el que
merecemos. Y si esa fuera la persona a quien más quiero
¿le desearía que tuviera exactamente ese ritmo de
atención a su persona?

Las mujeres suelen postergar el cuidado a su persona,
hasta un punto crítico en el que se ve afectada su salud
física, mental y afectiva. Es necesario adquirir
también rutinas de control, de las diversas fases que
componen el diario vivir, considerando que existe la necesidad de
darse afecto, hablarse a sí mismo como a un amigo,
escuchar las solicitudes del universo de sentimientos. A veces es
necesario asumir ¿Porqué me estoy
castigando?

SENTIMIENTOS Y AFECTOS HACIA OTRAS
PERSONAS

El trato diario con un número indeterminado de
personas, establece una importante necesidad de comprender las
características que se pueden reconocer y los diferentes
casos que se pueden agrupar. Una persona que trabaja diariamente
en una tienda de departamentos, por la tarde asiste a un centro
de capacitación profesional, por la noche y fines de
semana, se dedica a su cónyuge e hijos, al resto de la
familia y a sus amistades; podríamos decir, que establece
muchos contactos, que alimentan ininterrumpidamente su mundo
interno.

TRES FORMAS AFECTIVAS COMUNES A TODOS LOS
ANIMALES

No falta quien se ofende cuando le incluyen en el reino
animal, sin embargo, esa es una clasificación a esta
altura del saber humano, indiscutible. Para quien conoce
más de los demás animales, observa que incluso
ellos, los no humanos, son criaturas que merecen gran respeto por
su perfecta inserción en el medio natural.

En el plano de los afectos compartimos tres formas
afectivas:

STORGE

En toda especie, se identifica claramente esta
manifestación afectiva. El afecto Storge permite que la
especie transmita el fundamento constitutivo: su forma de
protección a las crías, la construcción de
sus nidos o madrigueras,

Este tipo de afecto se refiere a las relaciones de
padres e hijos y entre hermanos. Lo denominaremos
Storge.

Si queremos llevar nuestra vida afectiva a una
posición desarrollada, debemos observar todo lo relativo
al hogar y establecer criterios que nos ayuden a resolver
conflictos.

La mayoría de las personas en la sociedad
occidental, carece de patrones de acción frente a lo
afectivo familiar, por esta razón, cada vez más
parejas se unen por una atracción mutua y se divorcian
tras una rotunda desilusión. Esta experiencia deja algo
más que dos desilusionados; queda una familia fragmentada
y el peso del intento fallido, cae sobre los hijos, debido a que
recibirán una formación desde una estructura
deformada.

La sociedad en su conjunto, es responsable de las
consecuencias de las aventuras de los jóvenes, en el plano
de procreadores. Tener la capacidad de procrear no requiere sino
alcanzar cierta edad, a diferencia, tener la capacidad de asumir
la paternidad, requiere una sólida formación
afectiva.

El trabajo que realizan las personas, es también
una manifestación del afecto Storge. Cada vez más,
en nuestras sociedades el trabajo del hijo se aleja de la
tradición paterna, lo que provoca en las personas cierto
desarraigo de sí mismo y tendencia a las adicciones. El
trabajo de la mujer en el hogar, no es considerado como tal, no
recibe por esto compensación económica ni
gratificación social. La tendencia es llevar a la mujer a
las exigencias del trabajo masculino, lo que provoca gran
estrés y desequilibrio, que redunda en enfermedades como
el cáncer.

El concepto del trabajo como una manifestación
afectiva, permite dar aún más importancia a la
labor productiva, con un énfasis en lograr la
armonía personal. El trabajo, posibilita la
evolución de la vocación, la cual es un
constituyente fundamental de la salud afectiva.

AGAPE

El afecto que relaciona al grupo, permite la caza, la
migración, el juego, la contienda, es el afecto Agape. Es
la argamasa que le da consistencia a las actividades sociales que
son el asiento de la cultura.

El afecto ágape posibilita la caridad, que se
ejecuta entre todos los seres humanos. La atención a la
viuda, al huérfano y al peregrino sin más razones
que la de debernos mutua atención.

Los grandes proyectos sociales, en los que participan
empresas de envergadura, son sustentados en el afecto
ágape, en el cual los particulares entienden que su aporte
es fundamental en la magna obra.

El edificio social se mantiene cohesionado, tal como lo
está cada individuo, por esa fuerza centrípeta, el
afecto Agape, que posibilita que todas las personas cumplan con
su deber y realicen sus tareas según los programas
sociales.

El fundamento del afecto ágape es la fe que tiene
el hombre en sus congéneres; sabe –positivamente-
que cada uno cumplirá con su deber. Así se logra
que socialmente todo este funcionando, porque los mecanismos de
sus miembros están funcionando.

EROS

El afecto eros es la inclinación natural por la
conquista de la hembra en los animales. El celo, en la
época oportuna, deja de manifiesto el deseo sexual, como
una necesidad de mantención de la especie. La lucha por la
vida hace que cada especie desarrolle su mecanismo de defensa y
ataque. Ello es posible porque prima una forma de unión
entre los de la misma especie, la eroticidad que canaliza esos
impulsos vitales.

En el caso de los humanos esa vitalidad erótica
se ve modificada por la capacidad de darse cuenta de sí
mismo. La eroticidad humana va más allá de los
aspectos vitales de la vida, se relaciona con toda la gama de las
actividades humanas.

En la expresión del arte, la filosofía y
la religiosidad, la eroticidad despliega un amplio campo de
acción. Mirando un evento deportivo los espectadores
tienen una excelente oportunidad de expresar sus emociones:
gritan, cantan hasta quedar afónicos. Es factible que un
intercambio de opiniones, que fuera del ámbito deportivo,
sería una amable conversación, en este terreno se
convierte en algo altamente explosivo.

La eroticidad en ebullición, hace perder el
sentido de las proporciones e incluso afecta a la escala de
valores del sujeto. Por ejemplo, las producciones de cine logran
que los valores de los espectadores se modifiquen (por lo menos
mientras están bajo la influencia hipnótica del
cine) así encontramos que las películas en que el
personaje central de la obra es un "antihéroe", los
espectadores desean que le resulte su proyecto Si es un asaltante
de bancos, que no suene la alarma. Si llega al botín, que
logre escapar. Si es necesario eliminar al guardia, el guardia
sabía a lo que se exponía. Una vez que el bandido
ha logrado su cometido, el espectador se ha dado cuenta que
estaba deseando que al "malo" le fuera bien. Y que al
policía, representante del bien y la sociedad, le fuera
mal. La duración de este trastoque de valores, es igual a
la de esa exhibición. Una vez que se abandona la sala de
cine, cada sujeto regresa a su situación
normal.

Partes: 1, 2, 3
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